Los riesgos de apostar y el control emocional

El mundo de las apuestas implica riesgos que debemos conocer, y para los cuales debemos estar preparados anímicamente. La psicología puede ser un arma eficaz no sólo para lidiar con ellos como problema, sino también para ayudarnos en nuestra operativa y conducirnos al éxito de nuestras apuestas.

Toda apuesta entraña un riesgo. Tal como hemos comentado en nuestras múltiples entradas sobre apuestas, las propias cuotas de las casas de apuestas llevan implícita una probabilidad de suceder. A mayor cuota, mayores riesgos de perder nuestro dinero. Sin embargo, no son los económicos los únicos peligros a los que un apostante se expone, incluso pueden no ser los más graves.

Control emocional en las apuestasAl apostar siempre lo hacemos contra alguien, dicho de otra forma, ganar nuestras apuestas en cierta forma supone derrotar a un adversario, a otro apostante o corredor de apuestas posicionado de forma complementaria. Por lo tanto, cuando ganamos no sólo obtenemos nuestro beneficio, sino que además experimentamos el emocionante placer de la victoria, y la satisfacción personal de ser capaces de adivinar un pronóstico.

Ganar, pues, no solamente tiene un efecto económico en nuestra cuenta bancaria, sino que añade un componente psicológico y emocional muy importante. Igualmente, perder supone un revés monetario y un golpe a nuestra autoestima. Como apostantes, debemos tener en mente la psicología de estos mecanismos para evitar que una racha de buenos resultados conviertan nuestra operativa de apuestas en la bien conocida adicción denominada ludopatía, o bien que una racha de malos resultados debidos a simple estadística puedan desembocar en depresión o en el abandono de unos sistemas de apuestas que, sostenidos pacientemente en el tiempo, retornarían a la senda de los beneficios.

Es de vital importancia conocer qué se cuece dentro de nuestro cerebro y ser muy conscientes del estado emocional en que nos encontramos. Nuestros sentimientos pueden ser excelentes aliados a la hora de hacernos tomar decisiones si los conocemos en profundidad y los entrenamos adecuadamente, pero pueden ser enemigos mortales si no sabemos mantener la calma y controlarlos. Tomar decisiones solamente con datos históricos no es el mejor camino para triunfar en las apuestas, pues muchas veces es nuestra intuición y el conocimiento interiorizado del juego, de los rivales que se enfrentan y de la situación particular de los equipos los que nos hará ganar nuestras apuestas. Pero apostar irreflexivamente en base a nuestras emociones, sin ningún control racional de nuestras acciones, puede ser mucho más demoledor y llevarnos a la ruina económica, personal y familiar.

Las dos aproximaciones emocionales y la tercera vía virtuosa

El control del riesgo en nuestra menteExisten dos posibles alternativas a la hora de acercarse al mundo de las apuestas, tanto deportivas como de cualquier otro tipo. En primer lugar, está la consideración de las apuestas como un puro juego donde probamos nuestra habilidad a la hora de pronosticar acertadamente resultados. Se trata de la aproximación puramente emocional, donde lo más importante es la satisfacción personal que surge de combinar simultáneamente el incremento del amor propio al acertar un resultado con la recompensa económica que conlleva. En segundo lugar, las apuestas pueden verse como un simple método para ganar dinero. Esta aproximación es más fría y racional, y solamente importa el balance de la cuenta de resultados.

Estos mecanismos han sido estudiados por los psicólogos de manera separada. Por un lado, el extremo de la aplicación emocional en las apuestas que desemboca en adicción se denomina ludopatía, y sus efectos destructores en la personalidad del individuo y en su entorno son bien conocidos. La sociedad, con buen criterio, pone a disposición de aquellos que caen en esta enfermedad grupos de ayuda y medios para corregir su situación. Obviamente, ser presa de una obsesión sistemática por el juego, que puede lanzarnos irreflexivamente a consumir el presupuesto familiar para alimentación, vestido y vivienda, debe ser tratado como una enfermedad y recibir las terapias adecuadas.

Por otro lado, el extremo racional es mucho menos peligroso y bastante más sano. Aunque aparentemente más aburrido, tomar decisiones tras un sólido análisis racional y un detallado estudio probabilístico es sin duda una receta más aconsejable. Esta aproximación a las apuestas nos lleva a verlas como un simple medio para ganar dinero. El único objetivo es aumentar nuestra cuenta corriente, incrementar el número de nuestro saldo a final de mes. Es una visión profesionalizada del mundo de las apuestas, donde ganar o perder se reduce al puro efecto económico. Esta suele ser la aproximación de las casas y los corredores de apuestas, expertos en manejar la fría contabilidad de la combinatoria y sacar tajada de ello. Los apostantes individuales rara vez se sitúan en este campo.

Sin embargo, existe una tercera vía donde se encuentra la virtud  como un medio entre dos extremos. Los apostantes individuales de éxito lo son aunando inteligencia emocional y racional: saben que hacen bien las cosas, disfrutan mientras las hacen y afrontan las victorias y las derrotas como parte natural del proceso. El análisis profundo y la justificación intelectual del desenlace de un partido deben combinarse con esas intuiciones interiores que el cerebro construye tras una continua asimilación de pautas observadas en el juego. Dicho de otra forma, hacen falta muchas horas de análisis y síntesis para que nuestra mente interiorice estas pautas. Tengamos presente que lasNuestro cerebro y sus neuronas, las máquinas más eficientes de reconocer patrones redes neuronales de nuestros cerebros son las máquinas más perfectas de reconocimiento de patrones que existen en la naturaleza, y que nuestras neuronas nos comunican mucha información no como el resultado de una función calculada matemáticamente, sino segregando transmisores químicos que percibimos como una simple sensación. En definitiva, esa sensación placentera de haber acertado un pronóstico o errado un análisis es la realimentación que el cerebro necesita para reajustar sus patrones de predicción, y mejorar las evaluaciones futuras.

La sensación de saber algo y no saber muy bien por qué, puede convertirse en un aliado inestimable a la hora de ayudarnos a tener éxito en las apuestas. Existe un entorno muy similar al de las apuestas donde los factores psicológicos y emocionales han sido profundamente estudiados. Se trata del mundo de la especulación bursátil. Psicólogos de renombre como el doctor Brett Steenbarger han realizado estudios científicos muy rigurosos sobre psicología aplicada a la negociación de valores, especialmente en traders de bolsa. En sus artículos se muestra claramente que los factores psicológicos son fundamentales no solamente en el fracaso de los traders, sino que el componente emocional bien manejado es un elemento crítico en el éxito económico de las operaciones de negociación. Y ciertamente, el mundo de las apuestas, especialmente las apuestas live o en directo, guarda un paralelismo notable al del trading intradía de la bolsa.

Cómo controlar los riesgos

Así pues, para los apostantes individuales es aconsejable saber encontrar un equilibrio adecuado entre nuestra percepción emocional o intuitiva, y lo que racionalmente nos cuenta la realidad. Es esta, en cierta manera, la filosofía que siguen nuestras apuestas recomendadas. Por un lado, el conocimiento subjetivo de los equipos y de los factores que pueden inclinar el resultado de un partido de fútbol como el estilo de juego, la situación anímica o el estado físico de los jugadores de ambos equipos, se contrasta con la probabilidad estadística estimada del resultado, basándonos en estudios históricos y análisis de datos objetivos. Apostamos solamente si las cuotas ofrecidas por las casas de apuestas se comparan favorablemente con esta probabilidad. Otros tipsters y apostantes utilizan otros métodos, pero sin duda una equilibrada proporción de análisis subjetivo y objetivo es la clave del éxito económico y, por qué no, nos puede brindar también sanas satisfacciones personales.

Marcarse limites al apostar es fundamental para el control emocionalAparte del riesgo obvio de acertar o errar un resultado, debemos de tener en cuenta los riesgos económicos. No es el objetivo de este artículo detallar métodos de gestión del dinero, pero sí señalar que debemos fijarnos un presupuesto razonable como máximo a gastar por semana, mes y año que no entorpezca la marcha familiar y personal, y también procurar no salirnos de él nos vayan bien o mal las cosas. Muchas veces, los problemas con el juego se incuban durante rachas de éxito que pueden confundirnos y hacernos creer que somos mejores pronosticadores de lo que realmente somos. Estas situaciones suelen terminar mal, pues apostar de manera temeraria y comportarnos como incautos sólo puede conducir al fracaso.

El tercer riesgo que siempre debemos mantener a raya es el psicológico, sin duda el más peligroso. Las apuestas son actividades lúdicas y a la vez lucrativas, que si no se controlan con cuidado pueden convertirse en una obsesión y desembocar en problemas serios de adicción, ludopatía o depresión. Marcarse límites claros de presupuesto, de tiempo dedicado y no olvidarse de las otras obligaciones personales y familiares son puntos críticos para una operativa sana. La empatía con nuestros seres queridos puede ayudarnos.

El papel de la responsabilidad  individual

Este es otro asunto importantísimo a considerar. Asumir de manera responsable tanto los aciertos como los errores nos ayudará a mantener un adecuado equilibrio psicológico. Cuando apostamos lo hacemos nosotros como individuos, y no son culpables de nuestros errores de apreciación ni las casas de apuestas, ni los tipsters que desinteresadamente recomiendan una posición por internet o twitter, ni nuestro entorno personal. Nosotros introducimos las operaciones en el navegador, así que debemos hacernos cargo de los errores y de los aciertos. Nadie nos obliga a participar en una apuesta, ni a poner más o menos dinero. Lo hacemos de manera voluntaria, así que culpabilizar a terceros no conduce sino a hacernos una idea errónea de la situación que atravesamos.

En definitiva, es imprescindible que recordemos que somos humanos y nos podemos equivocar. Debemos siempre tener en cuenta el papel decisivo de la probabilidad y de los fenómenos estocásticos, y de la influencia del azar. No nos creamos mejores a nuestras contrapartidas. Tengamos presente que cuando apostamos lo hacemos contra tipsters profesionales, corredores de apuestas y casas de apuestas que disponen de medios inimaginables a su alcance para realizar predicciones de probabilidad. Debemos ser humildes y tener presente que nos podemos equivocar, aún en las situaciones más favorables. Hasta Messi puede fallar un penalti.

Recordemos que los Pelayos triunfaron en un juego aparentemente de puro azar mediante un riguroso y acertado análisis matemático de las probabilidades. Si por un lado no hubieran controlado sus emociones para evitar apostar locamente, y a la vez no hubieran disfrutado haciendo lo que hacían, difícilmente habrían logrado desbancar casinos y vencer al cero de la ruleta.

Así pues, hagamos nuestras apuestas aplicando criterio. Y por qué no, disfrutemos planificándolas, ejecutándolas y beneficiándonos de ellas.

Capitán Apuestas (@capitanapuestas)

Acerca de Capitan Apuestas

Tras muchos años de perseguir números con los que hemos hecho ganar dinero a otros... ya va siendo hora de que los utilicemos para ganarlo nosotros mismos.

Publicado el 6 diciembre 2013 en Artículos, Calculando probabilidades, Estrategias y etiquetado en , , , . Guarda el enlace permanente. 1 comentario.

  1. Capitán, muy buen análisis de las apuestas y sus riesgos! Uno no es consciente de tantos factores cuando apuesta. Yo apuesto también de vez en cuando y desde hace un medio año más o menos estoy más metido en este mundo pero claro, hay que separar el mundo de las apuestas con el de las emociones y aficiones. A veces no es tan fácil si uno tiene un equipo preferido (como yo). Pero de todos modos intento informarme antes también en otros sitios para tener otra opinión de una persona independiente. Leo los pronósticos, me hago mi propio y apuesto. Y la verdad, así no me sale mal.

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